El lunes pasado 20 de agosto terminó el proceso de reconversión monetaria tras lo que fue un fin de semana trágico para Venezuela, en la que muchos venezolanos vemos con incertidumbre el futuro. El desgobierno anunció el viernes unas medidas económicas que son poco menos que una bomba atómica para la población Venezolana y ante las cuales las medidas de schock neoliberales que planteaba la ñangara de Naomi Cambpell se quedan cortas. Si el pueblo realmente entendiese cual es el impacto de esas medidas, irían en hordas enardecidas con antorchas por la cabeza de Maduro.
Tras la comedia de errores de los anuncios y los dimes y diretes de personajes como Diosdado y el de la Hojilla sobre el subsidio de la gasolina, que sería cómica si no fuese tan trágica, llegué a la conclusión que no me sacaría el carnet ni censaría mi vehículo. Intuía entonces que la inflación que nos iba a sobrevenir sería tan salvaje y brutal que poca diferencia haría recibir el subsidio o no. A medida que pasaban las horas y que finalmente anunciaron el aumento de salario mínimo y el "anclaje" del Bolívar Soberano al Petro, mi intuición devino en certidumbre.
Veamos, Maduro establece una equivalencia de 1 Petro con 60 USD (Dolares estadounidenses). Por otra parte, 3600 VES (Bolívares soberanos) equivalen a un Petro y por regla de tres, 1 USD equivale a 60 VES, o 6 millones de los Bolívares viejos. Ese fue el primer acto de magia: devaluó en efecto el Bolívar a 6 millones de bolívares por dolar, sin usar la palabra devaluación. Yo me imagino que esas cifras las sacaron en cuentas sobre una servilleta cuando se echaban palos es una tasca de Las Mercedes:
Tras la comedia de errores de los anuncios y los dimes y diretes de personajes como Diosdado y el de la Hojilla sobre el subsidio de la gasolina, que sería cómica si no fuese tan trágica, llegué a la conclusión que no me sacaría el carnet ni censaría mi vehículo. Intuía entonces que la inflación que nos iba a sobrevenir sería tan salvaje y brutal que poca diferencia haría recibir el subsidio o no. A medida que pasaban las horas y que finalmente anunciaron el aumento de salario mínimo y el "anclaje" del Bolívar Soberano al Petro, mi intuición devino en certidumbre.
Veamos, Maduro establece una equivalencia de 1 Petro con 60 USD (Dolares estadounidenses). Por otra parte, 3600 VES (Bolívares soberanos) equivalen a un Petro y por regla de tres, 1 USD equivale a 60 VES, o 6 millones de los Bolívares viejos. Ese fue el primer acto de magia: devaluó en efecto el Bolívar a 6 millones de bolívares por dolar, sin usar la palabra devaluación. Yo me imagino que esas cifras las sacaron en cuentas sobre una servilleta cuando se echaban palos es una tasca de Las Mercedes:
- ¿En cuanto está el Dolar Today?
- Oye no se, como en casi 6 millones.
- A bueno, vamos a poner esa verga en 6 millones entonces. Anota ahí pues ...
¿No era y que un Petro equivalía a un barril de petroleo (aún no sacado) de la Faja del Orinoco? ¿Como es que de repente pasa a ser una unidad contable imaginaria? ¿Si yo voy a comprar algo en el imperio que vale 600 USD, puedo decir que vale 10 Petros entonces? Evidentemente lo del Petro no obedece a razones de "anclaje" de la moneda al valor de un commodity, lo cual además es un disparate porque los commodities tienen un valor de mercado que fluctúa dinámicamente y un país no puede establecer una política monetaria en base a algo que fluctúa por factores externos a su control. Sin embargo, leo con estupor en algunos foros como todavía algunos idiotas maduristas (Chavez ya murió y del chavismo sólo queda el muñequito de cera) afirman que su presidente obrero se la comió con este anclaje. Ellos quisieran que uno pensara que al anclar el valor de la moneda al barril de petróleo ocurre una especie de vuelta al patrón oro y el Bolívar pasaría a estar respaldado en oro. ¡Vaya pensamiento mágico tienen estos hijo de putas! Si fuese así, mucho agradecería que algún madurista me respondiese las siguientes preguntas:
- ¿Donde puedo comprar un Petro? ¿Me reciben los bolivares soberanos a razón de 3600 VES por Petro? ¿Aceptan pago por punto de venta o transferencia bancaria?
- ¿Donde o cómo hago para cambiar mis Petros por oro o barriles de petróleo?
- Ok. El Petro es una moneda virtual, ya entendí. ¿Cómo hago para cambiar mis petros a Bitcoin? ¿En cual exchange puedo hacer esa operación?
- ¿Si yo le vendo 1 Petro al gobierno, este siempre me entregará 60 USD? ¿Me garantizan siempre esa tasa?
Entonces, vemos que lo que acaba de hacer Maduro es anclar la moneda nacional a la nada, pero la pregunta persiste: ¿De donde sacaron esas cifras? Ya en el diálogo entre borrachos de arriba esbocé una teoría sobre las matemáticas de servilletas, pero hay otra, que tiene que ver con el segundo acto de magia de Maduro. Al devaluar el Bolívar a la tasa de Dolar Today, piensan los comunistas, hay una justificación para aumentar el salario mínimo en un 3600% a 1800 VES y a la vez, congelar los precios de venta porque supuestamente ya estaban dolarizados. La magia aquí consiste en sacar del sombrero un argumento irrebatible para justificar el congelamiento de precios.
No pretendo debatir la viabilidad de ese aumento salarial para las empresas privadas desde el punto de vista de análisis de costos, pues es un tema bastante complejo. Creo, sin embargo, que es seguro afirmar que muchas empresas privadas, como por ejemplo los colegios privados, pasarán a ser subsidiados por el Estado al asumir éste el pago de la nómina de sus trabajadores durante los próximos tres meses, tal como lo anunció el tirano en cadena nacional. Al no poder pagar las utilidades y los salarios subsecuentes ni incrementar sus precios, seguramente cerraran y pasarán al control del Estado.
En todo caso, tal parece que cómo efecto inmediato de estas medidas de control de precios, desaparecieron muchos rubros de alimentos y artículos de primera necesidad de los anaqueles de los abastos. No es difícil ver porqué: en un país que debe importar toda su comida, al no poder aumentar los precios de venta al público no se pueden reponer los inventarios porque su costo depende netamente del precio real del dólar. El resultado es la escasez.
Al desaparecer forzosamente la comida de los estantes de los abastos por estar su precio estrictamente regulado, surgirá y florecerá un mercado negro donde sí se podrá conseguir los productos, pero a precios exorbitantes. La puesta en circulación de una masa ingente de dinero creado mágicamente por el Banco Central como consecuencia de los aumentos salariales desproporcionados y la cantidad de bonos y "ayudas" sociales alimentará una hiperinflación como nunca antes vista en el planeta. Muchos se preguntan de donde sacará Maduro el dinero para pagar esos salarios. ¡Como si eso importara! Ya Maduro lo dijo en cadena nacional: "Hemos incurrido en la emisión de dinero inorgánico, así es la vida."
Lo cierto es que el valor del nuevo Bolívar Soberano es cero. No sólo por estar anclado a esa nada llamada Petro, que nadie ha visto ni verá1, sino porque el nuevo Bolívar no es convertible a otras divisas porque el inexistente Petro tampoco lo es. Además, ya el gobierno anunció que no participará en las subastas de dólares a las empresas privadas como ofertante sino que se reservará las divisas del Estado para sus misiones y programas de asistencia social2. Con un valor de la moneda nulo, poco importa si uno recibe ayuda monetaria del Estado o no.
Con la hiperinflación y la escasez a la orden del día, está puesta la escena para el tercer acto de magia. Se trata de un acto de magia negra fatal y macabro. Se trata de nada menos que desaparecer a los 20 millones de Venezolanos que quedamos en el país como rehenes de los saqueadores. Consecuencia de las nuevas medidas económicas, han lanzado al país por un agujero negro en el que no entra inversión ni divisas y del cual no sale producción. Un hoyo negro en el cual se pretende matarnos de hambre al no poder comprar la comida necesaria para sostenernos con vida. Paradójicamente, estas medidas económicas vienen disfrazadas con aumentos salariales y bonos de ayuda social.
Muchos se preguntarán que sentido o utilidad tendría esto para el régimen. No tiene ninguno para quienes su lógica se fundamenta en la preservación de la vida y la maximización del beneficio propio. Pero es la meta ulterior de quienes practican la Moral de la Muerte, quienes te dicen: "Produce, y aliméntame a cambio de que no destruyamos tu producción" y quienes creen que el único Bien al que debemos aspirar es al bien de la Sociedad, "una cosa a la que definen como un organismo que no posee forma física, un súper ser no corporizado en nadie en particular y en todos en general ... excepto tú"3. La Moral de la Muerte es la moral del colectivismo, es la moral que motivaba la Solución Final de los Nazis y el genocidio de más de 6 millones de seres humanos.
En efecto, esta reconversión monetaria que marca la entrada de una nueva etapa del proceso revolucionario comunista en Venezuela y todos los eventos corolarios son parte esencial de un plan de genocidio bien orquestado. Sin embargo, a pesar de lo lúgubre que sea este prospecto, yo apuesto a que el mismo instinto de auto-preservación del ser humano, que se manifiesta en la economía como el principio de la racionalidad de los agentes económicos que consiste en actuar en función de maximizar el beneficio propio, será lo que nos ayude a evitar el genocidio que nos tienen reservados.
Es muy posible que pronto, el mercado negro comience a operar con otras monedas y divisas, como ocurrió en la postrimería del proceso hiperinflacionario en Zimbabwe. Los comerciantes y bachaqueros dejarán de aceptar Bolívares Soberanos sencillamente porque esta moneda carecerá de valor o en el mejor de lo casos, se depreciará a una velocidad que no les permitirá reponer sus inventarios y seguir comerciando. Una de estas monedas alternativas podría ser el propio dólar estadounidense. Sin embargo, no veo esto viable porque no estoy seguro que haya suficiente dinero circulante en monedas y billetes para sostener el comercio de todo un país. A muchísima gente le sería imposible hacer transacciones electrónicas y con puntos de venta por no poseer cuentas en dólares. Y además, está el problema del vuelto: ¿cómo se hace para cobrar $1,5 si no se tiene cambio para un billete de $10?
La única alternativa - por ser la más viable - es utilizar criptomonedas. Las criptomonedas como el Bitcoin son aceptadas mundialmente y se pueden convertir libremente a otras divisas fuera de Venezuela. En el comercio interno, se pueden utilizar como canales de pago en el cual cada quien, al tener aplicaciones de billetera en su celular, tiene a la mano un punto de venta con el cual efectuar y recibir pagos. Por otra parte, crear una billetera es un proceso tan sencillo como crear una cuenta de correo gratuito. Es también gratuito y no requiere disponer de dolares como sí se requeriría para abrir una cuenta bancaria en esa divisa. En entradas futuras de este blog desarrollaré algunas indicaciones para que cada venezolano pueda poner esto en práctica de forma inmediata.
Quizás el Bolívar Soberano marque el inicio de una nueva etapa de soberanía monetaria en Venezuela después de todo. Pero no cómo le gustaría hacernos creer el régimen. Me refiero a la verdadera soberanía monetaria, la de nosotros los ciudadanos de este país. Una soberanía monetaria con una moneda que no nos confisque el fruto de nuestro trabajo y que nos permita recuperar nuestra economía. El único tipo de soberanía que nos interesa a los venezolanos, y a cualquier ser humano en realidad: la soberanía del individuo, su derecho inalienable a la propiedad y a la libertad económica sin vivir o morir a merced de unos saqueadores y genocidas.
No pretendo debatir la viabilidad de ese aumento salarial para las empresas privadas desde el punto de vista de análisis de costos, pues es un tema bastante complejo. Creo, sin embargo, que es seguro afirmar que muchas empresas privadas, como por ejemplo los colegios privados, pasarán a ser subsidiados por el Estado al asumir éste el pago de la nómina de sus trabajadores durante los próximos tres meses, tal como lo anunció el tirano en cadena nacional. Al no poder pagar las utilidades y los salarios subsecuentes ni incrementar sus precios, seguramente cerraran y pasarán al control del Estado.
En todo caso, tal parece que cómo efecto inmediato de estas medidas de control de precios, desaparecieron muchos rubros de alimentos y artículos de primera necesidad de los anaqueles de los abastos. No es difícil ver porqué: en un país que debe importar toda su comida, al no poder aumentar los precios de venta al público no se pueden reponer los inventarios porque su costo depende netamente del precio real del dólar. El resultado es la escasez.
Al desaparecer forzosamente la comida de los estantes de los abastos por estar su precio estrictamente regulado, surgirá y florecerá un mercado negro donde sí se podrá conseguir los productos, pero a precios exorbitantes. La puesta en circulación de una masa ingente de dinero creado mágicamente por el Banco Central como consecuencia de los aumentos salariales desproporcionados y la cantidad de bonos y "ayudas" sociales alimentará una hiperinflación como nunca antes vista en el planeta. Muchos se preguntan de donde sacará Maduro el dinero para pagar esos salarios. ¡Como si eso importara! Ya Maduro lo dijo en cadena nacional: "Hemos incurrido en la emisión de dinero inorgánico, así es la vida."
Lo cierto es que el valor del nuevo Bolívar Soberano es cero. No sólo por estar anclado a esa nada llamada Petro, que nadie ha visto ni verá1, sino porque el nuevo Bolívar no es convertible a otras divisas porque el inexistente Petro tampoco lo es. Además, ya el gobierno anunció que no participará en las subastas de dólares a las empresas privadas como ofertante sino que se reservará las divisas del Estado para sus misiones y programas de asistencia social2. Con un valor de la moneda nulo, poco importa si uno recibe ayuda monetaria del Estado o no.
Con la hiperinflación y la escasez a la orden del día, está puesta la escena para el tercer acto de magia. Se trata de un acto de magia negra fatal y macabro. Se trata de nada menos que desaparecer a los 20 millones de Venezolanos que quedamos en el país como rehenes de los saqueadores. Consecuencia de las nuevas medidas económicas, han lanzado al país por un agujero negro en el que no entra inversión ni divisas y del cual no sale producción. Un hoyo negro en el cual se pretende matarnos de hambre al no poder comprar la comida necesaria para sostenernos con vida. Paradójicamente, estas medidas económicas vienen disfrazadas con aumentos salariales y bonos de ayuda social.
Muchos se preguntarán que sentido o utilidad tendría esto para el régimen. No tiene ninguno para quienes su lógica se fundamenta en la preservación de la vida y la maximización del beneficio propio. Pero es la meta ulterior de quienes practican la Moral de la Muerte, quienes te dicen: "Produce, y aliméntame a cambio de que no destruyamos tu producción" y quienes creen que el único Bien al que debemos aspirar es al bien de la Sociedad, "una cosa a la que definen como un organismo que no posee forma física, un súper ser no corporizado en nadie en particular y en todos en general ... excepto tú"3. La Moral de la Muerte es la moral del colectivismo, es la moral que motivaba la Solución Final de los Nazis y el genocidio de más de 6 millones de seres humanos.
En efecto, esta reconversión monetaria que marca la entrada de una nueva etapa del proceso revolucionario comunista en Venezuela y todos los eventos corolarios son parte esencial de un plan de genocidio bien orquestado. Sin embargo, a pesar de lo lúgubre que sea este prospecto, yo apuesto a que el mismo instinto de auto-preservación del ser humano, que se manifiesta en la economía como el principio de la racionalidad de los agentes económicos que consiste en actuar en función de maximizar el beneficio propio, será lo que nos ayude a evitar el genocidio que nos tienen reservados.
Es muy posible que pronto, el mercado negro comience a operar con otras monedas y divisas, como ocurrió en la postrimería del proceso hiperinflacionario en Zimbabwe. Los comerciantes y bachaqueros dejarán de aceptar Bolívares Soberanos sencillamente porque esta moneda carecerá de valor o en el mejor de lo casos, se depreciará a una velocidad que no les permitirá reponer sus inventarios y seguir comerciando. Una de estas monedas alternativas podría ser el propio dólar estadounidense. Sin embargo, no veo esto viable porque no estoy seguro que haya suficiente dinero circulante en monedas y billetes para sostener el comercio de todo un país. A muchísima gente le sería imposible hacer transacciones electrónicas y con puntos de venta por no poseer cuentas en dólares. Y además, está el problema del vuelto: ¿cómo se hace para cobrar $1,5 si no se tiene cambio para un billete de $10?
La única alternativa - por ser la más viable - es utilizar criptomonedas. Las criptomonedas como el Bitcoin son aceptadas mundialmente y se pueden convertir libremente a otras divisas fuera de Venezuela. En el comercio interno, se pueden utilizar como canales de pago en el cual cada quien, al tener aplicaciones de billetera en su celular, tiene a la mano un punto de venta con el cual efectuar y recibir pagos. Por otra parte, crear una billetera es un proceso tan sencillo como crear una cuenta de correo gratuito. Es también gratuito y no requiere disponer de dolares como sí se requeriría para abrir una cuenta bancaria en esa divisa. En entradas futuras de este blog desarrollaré algunas indicaciones para que cada venezolano pueda poner esto en práctica de forma inmediata.
Quizás el Bolívar Soberano marque el inicio de una nueva etapa de soberanía monetaria en Venezuela después de todo. Pero no cómo le gustaría hacernos creer el régimen. Me refiero a la verdadera soberanía monetaria, la de nosotros los ciudadanos de este país. Una soberanía monetaria con una moneda que no nos confisque el fruto de nuestro trabajo y que nos permita recuperar nuestra economía. El único tipo de soberanía que nos interesa a los venezolanos, y a cualquier ser humano en realidad: la soberanía del individuo, su derecho inalienable a la propiedad y a la libertad económica sin vivir o morir a merced de unos saqueadores y genocidas.
Notas
- Quienes quieren entender a fondo la lógica psicópata de quienes actualmente gobiernan a Venezuela y descenso a este hoyo negro harían bien en leer la Rebelión de Atlas, una novela profética escrita por Ayn Rand hace más de 60 años. Es una descripción exácta del proceso revolucionario en Venezuela.
